Creo que es preciso remarcar la necesidad de que cada Centro posea un Plan explícito de mejora de la convivencia en las aulas que marque las líneas generales de actuación y principios a seguir en el mismo. El objetivo del mismo sería hacer sentir que el centro es de todos, a través de diversas actividades que favorecieran una participación amplia de la comunidad educativa y la creación de un buen ambiente.
1. Principios a seguir
§ La convivencia no es un aspecto a desarrollar en paralelo al aprendizaje, pues ambos interactúan y se entrecruzan.
§ Deben desarrollarse los fines educativos que encierra la consecución de una buena convivencia. Así debemos proponernos avanzar en habilidades de comunicación, relación social y autonomía.
§ El Plan debe ir avalado por la Comunidad Educativa, con la redacción de documentos que vinculen a todos los sectores de la misma y clarifiquen los fines.
§ Un buen clima de convivencia ha de conseguir la implicación del profesorado, la familia y del alumnado.
2. Líneas generales de actuación
Un Plan de Convivencia no puede olvidarse de especificar qué actitudes son las que pretende favorecer y encuadrarlas en los fines que se propone. Para marcar cualquier tipo de estrategia debemos empezar por analizar cuál es la realidad y en este caso qué actitudes ponemos en juego en las aulas y centros.
Ante todo resulta imprescindible que logremos una actitud de respeto hacia otras culturas y a otras formas de pensar y actuar, que nos acostumbremos a extraer lo positivo de ellas. Se hace necesario, por tanto, recuperar la importancia de los valores dentro del proceso educativo. En cambio en las actitudes “diarias” llevamos muchas veces a cabo actuaciones que menosprecian a personas de culturas distintas de una u otra forma. Debemos plantearnos también, igualmente, como esenciales no sólo en la actitud del profesorado en todo lo explícito, sino también en lo implícito y “oculto”.
La colaboración es otro ejemplo de actitud esencial para la convivencia y por tanto a potenciar en la teoría pero también en la práctica diaria. Para hacerlo se requiere que desde todos los sectores y desde el profesorado el primero, se impulse ésta en vez del deseo de sobresalir individualmente como se hace en muchas ocasiones en la práctica y que este planteamiento se traslade a todos los ámbitos, desde lo más general a la dinámica normal de clase.
Los espacios físicos, ya sean pasillos, aulas, biblioteca, etc., con un ambiente acogedor, ayudarán a crear un buen clima de relación. Por el contrario, los espacios deteriorados, sucios, no animan a una buena utilización. El buen estado de las instalaciones y la colocación de elementos decorativos serán facilitadores de ciertas actividades y conductas positivas.
Las interrelaciones entre los colectivos existentes en el centro, que afectan a todos los implicados en él. Se trata de promover que el profesorado reflexione sobre las “malas relaciones” que tiene con determinados alumnos para buscar soluciones sin o con ayuda que se indague sobre las causas que pueden hacer que con un determinado grupo la relación sea negativa hasta el punto de sentirse mal al entrar cada día en clase, lograr el mayor contacto e interrelación con el alumnado, facilitar el acercamiento de las familias a los centros e introducir el hecho de que la relación con éstas no debe estar basada en la queja cuando existen problemas sino en la cercanía familia-centro para que éstas lo sientan como algo propio…
Para llevar adelante un Plan de Mejora de la Convivencia en las aulas también es necesario que la Comisión de Convivencia tenga una estructura progresista y dinamizadora. Para ello se propone que a partir de las ya existentes en cada centro, dependientes del Consejo Escolar y que por lo general tienen un papel meramente disciplinario, se realicen las modificaciones que se consideren adecuadas para darle un nuevo marco en el que el elemento central sí sea la convivencia. Se caracterizaría por potenciar la acción tutorial, dinamizar el Plan, realizar propuestas, coordinar las actividades que se lleven a cabo.
Por último, es de suma importancia la acción tutorial, que reflejará el interés que la convivencia tiene en los centros educativos. La acción tutorial debe ser abierta e incluir en ella los temas que se vean necesarios, sin restricciones y también en el sentido de poder utilizar para la misma todos los recursos posibles: horarios, humanos, etc. La Comisión de Convivencia antes propuesta debe establecer una relación concreta y fluida con el trabajo de tutorías, en concreto proponiendo actividades para llevar a cabo a partir del Plan existente. Dichas propuestas serían llevadas a las tutorías, donde se valorarían y discutirían para hacerlas suyas. Igualmente, en cualquier momento, desde las tutorías se podrían hacer propuestas a la Comisión de forma que, si se creyera conveniente, pudieran ser asumidas por toda la Comunidad educativa.
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