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jueves, 8 de diciembre de 2011

La dimensión preventiva de la disciplina...El papel de las familias

El papel de las familias en colaboración con el profesor es indispensable para trabajar la disciplina de una manera correcta y prevenir ciertos problemas de inmadurez, indisciplina o falta de autoridad.
Generalmente, los niños quieren complacer a sus padres. Los padres, si son sabios, integran este deseo de complacer a sus actividades disciplinarias. Cuando los padres demuestran su alegría y aprobación por el comportamiento que les agrada, esto refuerza el buen comportamiento del niño. Cuando los padres demuestran su desaprobación al comportamiento peligroso o desagradable del niño pequeño, tienen mayor posibilidad de éxito cuando el niño sea mayor. Los niños y adolescentes pueden hacer que sus padres se enojen. Los padres deben tener control de sí mismos cuando están enojados. Aunque un grito de "no" puede atraer la atención de un niño pequeño que está por cruzar la calle, puede conseguir intranquilizar al bebé que está llorando. Los niños mayores deben de saber lo que se espera de ellos. Los padres deben de ponerse de acuerdo y deben de explicarle claramente las reglas al niño o al adolescente. En nuestra sociedad heterogénea, donde existen tantas culturas y maneras de criar los niños, cada familia espera un comportamiento diferente de sus hijos. Se le puede permitir a un niño ir y venir cuando quiera, mientras que a otro se le pueden imponer horas fijas de regresar a la casa. Cuando los padres y los niños no están de acuerdo sobre las reglas, ambos deben de tener un intercambio de ideas que los ayude a conocerse. Sin embargo, los padres son los responsables de establecer las reglas y los valores de la familia. Evitar que el comportamiento indeseable comience es más fácil que ponerle fin luego. La forma en la que el padre corrige el mal comportamiento del niño o adolescente tiene que hacerle sentido al hijo. El padre no puede ser tan estricto, que el niño o el adolescente no sienta más adelante el amor y la buena intención del padre.
Es mejor colocar los objetos frágiles o valiosos fuera del alcance de los niños pequeños que el castigarlos por romperlos. Los padres deben estimular la curiosidad dirigiéndola hacia actividades tales como hacer rompecabezas, aprender a pintar o leer.
El cambiar el comportamiento apropiado del niño puede ayudarlo a obtener el dominio de sí mismo que necesita para que sea reponsable y considerado con otros.
El dominio de sí mismo o auto-control no ocurre automáticamente o de repente. Los niños pequeños necesitan que sus padres los guíen y apoyen para que comiencen el proceso de aprender a controlarse. El auto-control corrientemente comienza a los seis años. Cuando los padres guían el proceso, el auto-control aumenta durante los años escolares. Los adolescentes pueden todavía experimentar y rebelarse, pero la mayor parte de ellos pasa por este período y llega a ser un adulto responsable, especialmente si desde temprana edad han experimentado un buen entrenemiento.
Las familias transmiten sus métodos de disciplina y sus expectativas a los niños de generación en generación.
Cuando los intentos de disciplinar al niño no tienen éxito, puede ser beneficioso consultar con alguien fuera de la familia para que nos ofrezca sugerencias sobre la crianza del niño. Los profesionales especializados en el desarrollo y el comportamiento infantil pueden darle información acerca de la manera de pensar y de desarrollarse el niño. También pueden sugerir métodos para modificar el comportamiento; con la paciencia de los padres y la ayuda de los profesionales cuando sea necesaria, puede allanarse el camino para que los niños aprendan lo que la sociedad espera de ellos y lo que ellos pueden esperar de sí mismos.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La dimensión preventiva de la disciplina...Juegos para mantener y entrenar la atención de los niños

La disciplina y la atención no se trabaja solo con ordenes y el seguimiento de una rutina marcada, es por eso que dejo un par de juegos para que toméis nota de ellos y algún día si queréis podeis trabajarlos con vuestros alumnos. Con estos juegos se entrena la atención, la concentración y  la observación entre otras cosas. A través de los juegos se pueden enseñar muchas cosas.

Juego número uno: 

¿Quién lo tiene y quién no?
Este juego ayuda a desarrollar las habilidades de observación de los alumnos y a mejorar su capacidad de atención.
Materiales: objetos de clase.
Escoged un objeto de clase, es decir algo que varios de los estudiantes tengan en común, ya sea un estuche, un cuaderno, una goma... escríbelo en un papel para que una vez termine el ejercicio los estudiantes verifiquen cuál era la respuesta correcta; la idea es que sea un objeto visible para toda la clase.
Ahora inicia diciendo "quién lo tiene y quién no lo tiene"; por ejemplo, "Juan lo tiene, Ana no lo tiene", a partir de estas pistas los estudiantes deben deducir de qué objeto se trata. Hay que recordarles que cuando alguno de ellos crea que tiene la respuesta debe levantar la mano para decirlo a la clase en forma de pregunta, es decir, "¿es un cuaderno?, ¿es una goma?".
En el caso de los más pequeños, es aconsejable organizarlos en dos líneas: una de los que "lo tienen" y otra de los que "no lo tienen", a medida que vayamos diciendo sus nombres, con el fin de que puedan observarse mejor entre ellos y no perder la atención en el juego.

Juego número dos:

¡No seas avaro!
Este es un sencillo juego que desarrolla el análisis de probabilidades y mejora la agilidad matemática, además de ayudar a mantener a los niños ocupados.
Materiales: un dado, una hoja de papel, un lápiz.
Los estudiantes se ponen de pie detrás de sus asientos y el maestro lanza un dado. Para empezar, el maestro lanza el dado para obtener el número de partida. En caso de que el número sea un dos, el maestro debe lanzar de nuevo.
Teniendo el número de partida, los estudiantes deben, a este primer número, sumar, restar, dividir o multiplicar, según indicación del maestro, el número del siguiente lanzamiento. El total de la operación se consigna en una hoja de papel y se lanza el dado de nuevo, tomando siempre como referencia para la siguiente operación el número del lanzamiento anterior, pero no el resultado de las operaciones.
Las reglas son sencillas: cada estudiante es libre de sentarse cuando lo desee, después de terminar alguna de las operaciones. El número que resulte de la suma de los números que había consignado como respuestas equivale a su puntuación total en el juego. El dado se seguirá lanzando hasta que caiga el número dos, una vez el dado muestre este número todos los estudiantes que sigan de pie perderán todos sus puntos, porque han sido muy avaros, de ahí el nombre del juego. El o los ganadores serán quienes estén sentados y tengan el mayor total en la suma de sus operaciones.

La dimensión preventiva de la disciplina...Prevenir la indisciplina en el día a día

Día a día, en la rutina, hay una serie de situaciones cotidianas donde el profesor tiene que llevar el timón y establecer unas normas para prevenir la indisciplina, la falta de autoridad y dejar claro una serie de comportamientos a llevar a cabo. Estas situaciones cotidianas son las siguientes:

1. Cuando los alumnos regresan de tener varias horas libres regresan con una conducta alterada, el profesor ha de tener en cuenta esta situación y realizar clases dinámicas y no monótonas.

2. Se deben distinguir los momentos de relax y de risa de los momentos de trabajo.

3. Evitar las clases repetitivas y monótonas en las que el alumno se puede perder y a su vez distraer.

4. Que los profesores les intentemos enseñar en una hora cosas que se aprenden en un mes.

5. Un desgaste intelectual muy abusivo después de un recreo.

6. Que la última clase de la mañana sea monotona y aburrida y esto provoque que los alumnos solo piensen en salir y no en atender.

7. Que los profesores lleguen tarde a la clase y los alumnos se alboroten

8. Que los profesores están entregando notas o hablando con algún alumno o salgan a hacer un recado y dejen que los alumnos hagan lo que les da la gana

9. Que los profesores den la clase muy rápido ocasionando que el alumno se canse, se pierda y se distraiga.

10. Se ocasiona mucha indisciplina cuando los alumnos están alborotando y el profesor no hace nada para que se calmen y sigue explicando.

11. Se ocasiona indisciplina cuando los alumnos abusan de la confianza del profesor y este se muestra muy permisivo.

Para todas estas situaciones también puede haber una serie de soluciones que el profesor puede llevar a cabo:

1. Que los profesores traten de llegar a clases a la hora que es.

2. Que los profesores calmen a los alumnos cuando están alterados.

3. Que en la hora que comienza después del recreo, los profesores esperen un poco a que los alumnos se relajen y atiendan a la clase y se introduzcan en materia poco a poco gradualmente.

4. Que los profesores no den la clase muy rápido.

5. Que los alumnos no abusen de la confianza de los profesores.

6. Que a la ultima hora de clase los profesores no den una clase muy monotona.

7. Que los profesores hagan clases más dinámicas en general.

8. Que los profesores no utilicen el mismo metodo de "ellos explican, los alumnos atienden y copian" a todas las horas en todas sus clases.

9. Que los profesores tomen mas autoridad con responsabilidad sobre los alumnos.

10. Que los profesores si no quieren que se cause la indisciplina que no apoyen a la misma no haciendo nada para evitarla.

domingo, 4 de diciembre de 2011

LAS CONDUCTAS DISRUPTIVAS QUE AFECTAN A LA BUENA CONVIVENCIA

CONDUCTAS DISRUPTIVAS
Al hablar de conductas disruptivas nos referimos a comportamientos o acciones que se producen en una determinada situación, que conllevan una inesperada reacción de ruptura de la misma; se trata de conductas inapropiadas al momento o situación en que se dan y a las circunstancias de la persona que las realiza. Así, es frecuente que nos encontremos con manifestaciones en el niño que se relacionan con uno o varios de los aspectos siguientes:
Falta de control motor e hiperactividad: implica la incapacidad por parte del sujeto para someter a control sus actos motrices, se da una excesiva actividad motora sin finalidad.
Impulsividad: se emite una respuesta de forma automática sin establecer reflexión alguna en el proceso. El sujeto no es capaz de aplazar la satisfacción en el tiempo.
Falta de atención y de memoria de trabajo: se denomina así a la dificultad para mantener la concentración en la tarea y a la incapacidad para recuperar y mantener la información de forma presente en el cerebro para ser usada cuando sea preciso.
Falta de organización y de planificación: su carencia o déficit implica no saber definir los pasos que debe dar un sujeto para conseguir un objetivo.
INDICADORES DE CONDUCTAS DISRUPTIVAS:
1.   Se distrae con frecuencia.
2.   Olvida cosas, lo que le acabamos de decir, deberes.
3.   Es poco autónomo en sus realizaciones.
4.   Comete errores en las actividades por no fijarse en el trabajo.
5.   Cambia de actividad y también es frecuente que no las termine.
6.   Muestra dificultades para jugar de forma tranquila.
7.   No es capaz de permanecer en su silla, los paseos por el aula son frecuentes. Corre o salta en situaciones inapropiadas.
8.   Habla de forma excesiva, frecuentemente interrumpe.
9.   Se mueve en exceso, toca las cosas, mueve piernas o manos de forma constante.
ERRORES QUE APARECEN CUANDO ABORDAMOS ESTA PROBLEMÁTICA:
      Evitar el problema.
      No tener establecidas medidas contrastadas comunes para todos, sobre cuándo y cómo intervenir (qué hacer). Los parámetros de tolerancia que manejen unos profesionales u otros son diversos.
      Dejarse llevar por la respuesta inmediata según el momento, sin tener preparada una forma de reaccionar. Debemos ser conscientes de que tener un aula permanentemente en calma, es algo irreal.
      Centrarse en eliminar la conducta visible sin analizar la funcionalidad que el alumno aplica a la misma, que obtiene o que evita al realizarla; y manteniendo un pensamiento de actuación basado en la maldad del que actúa.
DIFICULTADES PARA LA INTEGRACIÓN DE LAS NORMAS DE CONVIVENCIA. ACTUACIONES INADECUADAS EN EL AULA
Será la no aceptación de la normativa impuesta lo que conoceremos como indisciplina. Comporta una inadaptación escolar que conlleva como consecuencia la no integración en las dinámicas del aula, lo que en ocasiones se refleja en conflictos o actitudes contestatarias:
ü Evita tareas que le frustran o le suponen esfuerzo, realizando conductas que pueden ir del “pasotismo” al reto.
ü Falta de eficacia a la hora de desarrollar tareas, comete errores en las actividades o es torpe en su realización, actuando como si no le importase.
ü Interrumpe.
ü No sabe esperar turnos.
ü No mide las consecuencias.
ü Se precipita en las respuestas, aún sin haber terminado la pregunta. Suele hablar en exceso.
ü Puede manifestar conductas desafiantes o agresivas.
Ante este marco de actuación se pretende que el individuo avance desde las reglas y normas impuestas, hasta llegar a un autocontrol, apropiación y aceptación de las mismas. La forma de abordar este tipo de problemática pasa por tener en cuenta en primer lugar la prevención de la misma, lo cual pasa por contar con una organización de aula y de centro, y unas actitudes por parte del profesorado que propicien el clima de convivencia y de respeto, como pueden ser:
• Tener normas claras y precisas.
• Reforzar las interacciones positivas entre el alumnado.
• Abordar las indicaciones con calma, no dar excesivas órdenes.
• Favorecer que muestren sus habilidades y fomentar que se sientan capaces.
• Tener un buen manejo del control “indirecto” de la disciplina, lo que implica un buen uso de la comunicación no verbal.
• No perder el control.
• Conocer y aplicar técnicas de modificación de conducta, como la extinción, la economía de fichas, el tiempo fuera… que abordaremos más adelante.
LA SUPERVISIÓN CONTINUA REQUIERE MODIFICACIÓN DE ACTITUDES, VERBALIZACIONES Y CONDUCTAS
Las estrategias verbales y no verbales por parte del profesorado van a reforzar las conductas adecuadas en el alumnado. Las estrategias no verbales se refieren a actitudes y conductas, y las estrategias verbales implican el lenguaje oral. Cada estrategia verbal se corresponde con una no verbal. Por ejemplo:
Ø  Transmitir expectativas de éxito ajustadas a sus posibilidades.
Ø  Reconocer y valorar sus logros. Mostrar gestualmente el reconocimiento por el logro alcanzado.
Ø  Acordar consignas para ejecutar determinadas conductas (recordar la consigna con un gesto previamente acordado).
Ø  Extinguir la conducta con una consigna verbal acordada.
Ø  Prever situaciones del aula que pueden ser complejas para el alumno para prevenir conductas inadecuadas.
Ø  Pautar la conducta con avisos y demandas breves.
Ø  Evitar discursos demasiado largos.
Ø  Regular su atención mediante el contacto ocular y nuestro movimiento en el aula: situarnos en distintos lugares, pasear, evitar los movimientos rutinarios… (mirada de aprobación).
Ø  Evitar las desaprobaciones en voz alta ante el grupo de iguales, realizarlas con la mirada y si tenemos que utilizar la palabra acercarnos al alumno y dirigirnos a él personalmente.
Ø  Proximidad física en los diálogos y llamadas de atención.
Ø  Afecto manifestado en el tono emocional en la interacción: tono de voz, expresión facial, modulación y volumen de la voz.

sábado, 3 de diciembre de 2011

FACTORES DE RIESGO QUE PREDISPONEN A LAS ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO Y QUE INFLUYEN EN LA CONVIVENCIA ESCOLAR.

FACTORES DE RIESGO QUE PREDISPONEN A LAS ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO CON CARÁCTER CONTEXTUAL:
Familiares:
·         Enfermedad, problemas de salud mental.
·         Abuso de alcohol y de drogas en la familia.
·         Dificultades en el establecimiento del vínculo, apegos inseguros: afecto no explícito, distanciamiento, frialdad.
·         Estilos de crianza inadecuados. Muy autoritarios o permisivos.
·         Modelado negativo, falta de autocontrol; violencia y agresividad.
·         Interacción comunicativa desadaptada, comunicación basada en     el interrogatorio, los juicios y las correcciones que provocan desconexión, sin exploración, sin comprensión y sin unión de objetivos: conexión.
·         Ausencia de límites y de normas, imposición y consecuencias desajustadas y arbitrarias; ambigüedad e incoherencia; inflexibilidad y rigidez; ausencia de seguimiento y de control.
·         Falta de estimulación intelectual.
·         Cuidados negligentes.
·         Violencia intrafamiliar.
Sociales:
  • Ciertas creencias o pautas culturales.
  • Pobreza y marginación.
  • Ausencia de sistemas de protección social.
  • Institucionalización.

FACTORES DE RIESGO QUE PREDISPONEN A LAS ALTERACIONES DEL COMPORTAMIENTO CON CARÁCTER INDIVIDUAL:
          Emocionales, psicológicos y de habilidades personales: autoestima negativa, con atribuciones causales centradas en el fracaso y con bajas expectativas de eficacia.
Familiares:
  Negación del problema por parte de la familia.
  Ambivalencia a la hora de afrontar las posibles soluciones.
  Reforzamiento inadvertido de la conducta.
  Discordia marital.
  Baja autoeficacia parental.
  Organización familiar caótica.

 
• Falta de seguimiento y coordinación con los profesionales implicados de otros servicios.
• Falta de vinculación con la escuela, en su resolución y en los intercambios de información; no asunción de responsabilidades; escasas o inadecuadas exigencias; discrepancia educativa en relación a las necesidades del hijo.
Escolares:
Inadecuación de las medidas organizativas:
• Horarios sin criterios pedagógicos.
• Asignación de tutorías sin tener en cuenta y valorar las habilidades    personales, competencia y formación.
• Grupos no heterogéneos segregadores.
• Falta de supervisión de los espacios de recreo como lugares de convivencia.
• Falta de protocolos de actuación en el Plan de Convivencia del centro educativo.
 Agrupación rígida del currículo, sin agrupaciones flexibles.
• Falta de análisis y reflexión sobre el clima de convivencia (centro).
• Falta de consenso y de asunción de las normas de aula y de centro por parte del profesorado, del alumnado y de las familias.

 
RESPUESTA INEFICAZ DEL PROFESORADO EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE:
• Rol distante del profesor, sin empatía.
• Instructor versus educador.
• Metodología didáctica no inclusiva, no participativa, pasiva.
• Evaluación normativa, excluyente, no individualizada.
• Desconocimiento y falta de interés por comprender el problema subyacente a la conducta del alumno.
• Falta de atención a la diversidad del alumnado, didáctica rígida sin adaptación.
• Escasa búsqueda de funcionalidad de los contenidos con detrimento de la motivación.
 Falta de trabajo actitudinal y de valores (respeto, solidaridad…).
• Déficit de habilidades sociales en las interacciones entre el profesorado y el alumnado (asertividad, búsqueda de la conexión en la interacción comunicativa, negociación, mediación….).

 
RECHAZO Y FRACASO ESCOLAR:
  Dificultades académicas desde edades tempranas.
• Centrarse en exceso en los puntos débiles del proceso de enseñanza y aprendizaje. Incidencia en el fracaso.
• Asociación entre escuela-fracaso-problemas que condiciona las reacciones automáticas futuras y la evitación del sufrimiento.
• Claudicación depresiva (huída o bloqueo) o agresividad ante las normas y las exigencias (lucha).

Disciplina escolar – disciplina en el aula

La mayoría de las veces utilizamos indistintamente disciplina escolar y disciplina en el aula, nada más lejos de la realidad. Es conveniente señalar lo más significativo de cada una fin de evitar confusiones que poco ayudarían al mantenimiento del orden y la convivencia de la escuela.
En primer lugar, las normas de organización y funcionamiento de los centros educativos (Art. 124 de la  Ley Orgánica de Educación) establecen un marco de funcionamiento general para todo el centro.
La disciplina escolar se basa en la decisión de las normas y los procedimientos que aseguran su cumplimiento.  
Sin embargo, la disciplina en el aula hace referencia al orden habido en un grupo determinado y que servirá para desarrollar con éxito una tarea previamente establecida. En este caso, el contexto es decisivo (horario, secuenciación, características del aula…) ya que es imprescindible un buen clima de trabajo para el correcto desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Además del contexto, también es muy importante la relación profesor-alumno y alumno-alumno. El profesor cuenta con el derecho y el deber de establecer su manera de interactuar con su clase siempre que se encuentre enmarcado en la normativa general del centro.
No es extraño que en numerosas ocasiones los ensayos sobre disciplina escolar traten de disciplina en el aula. Es decir: la interacción entre profesoresy alumnos ocurre a la vez que los procesos de enseñanza-aprendizaje, por lo que es fácil que aparezcan problemas de convivencia. Esta interacción es específica de cada grupo, por eso no pueden hacerse unas normas para todos, ya que daría por hecho una homogeneidad inexistente.
La diferenciación entre disciplina escolar y de aula es muy útil para el profesorado que a veces se ven sólo amparados por el reglamento del centro para enfrentarse a la disciplina en el aula. Es por ello que la existencia de obras basadas en las características y actuaciones de las escuelas disciplinadas (PDK Commission on Discipline, 1982; Watkins y Wagner, 1991; White et al., 2001) no debe molestar al profesor en la reflexión de sus decisiones, sino que esperan ser una herramienta que logren que éstas sean exitosas.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Disciplina ¿remedio o prevención? (parte II)

Hasta hace unas décadas, nadie hablaba de la disciplina “preventiva” como manera de asegurar la buena marcha del aula. Este hecho fue visto como toda una revolución del hasta ahora concepto de disciplina y una aportación necesaria desde la investigación psicoeducativa.
Esta nueva visión (Gotzens, 1997) implica que el docente debe planificar qué va a regir el comportamiento del grupo de clase.; es decir, tener en cuenta las condiciones que van a hacer posible el buen funcionamiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje durante el curso escolar. Por otro lado, este carácter preventivo supone que muchos de los posibles conflictos que puedan aparecer no salgan a flote (pérdida de atención, alboroto, incremento de comportamientos perturbadores, etc.). Esto es algo de lo que los docentes son conscientes: es difícil encontrar la solución a un problema y la recuperación de la atención de la clase, sin embargo, el cumplimiento del orden cuando se establecen sus condiciones con anterioridad se logra más fácilmente, aunque requiera un nivel de vigilancia del docente.
Para concluir, debemos apuntar que la disciplina preventiva posee una gran ventaja: la de servir de referencia al profesor (sobre los límites establecidos como imprescindibles para el correcto funcionamiento de la clase y las estrategias de comunicación e intervención escogidas para mantener dicho funcionamiento) para que pueda convertirse en elemento de análisis de situaciones de orden (si es que aparecieran). Cuestiones como ¿a qué se debe la disrupción?, ¿qué norma no se ha respetado? ¿qué intervención del docente ha faltado?, etc., hacen más sencillo el análisis del docente para hacer frente a la falta de comportamiento.

Es mejor  prevenir que reprimir; el error se previene con la instrucción, y el vicio inculcando hábitos buenos. Lo importante es suprimir las causas y ocasiones de las faltas. No prodigar los castigos, tampoco suprimirlos del todo; cuando éstos sean necesarios, que sean morales y no materiales. 
San Juan Bosco (propulsor de la disciplina preventiva)

CONTENIDOS Y ACTIVIDADES DE LA CONVIVENCIA EN UN CENTRO ESCOLAR

Los aspectos que abarca la convivencia en los colegios son múltiples y complejos. Creo que los más importantes  para intervenir en la construcción de una buena convivencia son:    
-          La legislación educativa en temas de convivencia y su reflejo en la vida de las escuelas.
-          Las relaciones en los centros educativos: intereses y conflictos.
-          Cómo intervenir en la construcción de la convivencia.
-          El Sistema educativo como centro de los intereses en la actualidad.
-          Los actores de los colegios como identidades en conflicto.
-          Valores para la convivencia.
-          Los condicionantes de la práctica docente, social, material e histórica.
-          La democratización y organización de los centros escolares.
-          Las prácticas educativas como factores para intervenir en la convivencia.
-          La construcción de la convivencia: prácticas, condiciones y normas.


La convivencia la construimos todos, no sólo en los procesos de enseñanza-aprendizaje o en el marco normativo que va desde el aula hasta la totalidad del centro. Nuestra sociedad actual requiere una escuela donde todos los actores que intervengan en ella construyan un proyecto común de participación, de fomento del respeto, justicia, solidaridad, cooperación y diálogo. Todo esto exige una aproximación al modelo de escuelas democráticas, de acuerdo con las estructuras políticas y sociales de nuestra sociedad.

En cuanto a las actividades que podemos diseñar para una mejor convivencia en los centros son: 
1.   Investigación de las acciones de convivencia a través de la experiencia. Podemos realizar actividades de análisis e investigación hasta conseguir un diagnóstico del estado de la convivencia en el colegio.
2.   Partiendo del hecho de que todos los actores de la convivencia en un centro educativo tienen una experiencia directa de la misma, podemos partir de dicha experiencia y ponerla en común. Así, dialogando y reflexionando entre todos podemos adquirir un conocimiento elaborado públicamente entre todos.

¿QUÉ PODEMOS ENTENDER POR UNA BUENA CONVIVENCIA EN LOS CENTROS ESCOLARES?
Convivir es compartir algo con otras personas, en un espacio y tiempo socialmente delimitado, estableciendo unas relaciones –interacción comunicativa— con los demás, y por tanto a la aceptación o rechazo de los otros, de los conflictos que se pueden generar y de su diversidad.  

La convivencia supone una aceptación y reconocimiento del otro, de la diversidad de intereses e identidades, con cierta flexibilidad cognitiva y emocional. Ese encuentro para compartir algo es lo que caracteriza el ámbito de la convivencia como algo público. Pero no nos olvidemos que la convivencia como proceso va asociada a otros conceptos como democracia, participación, ciudadanía, etc. Deberíamos “repensar” la convivencia escolar, pues está más que demostrado que la convivencia condiciona los procesos de enseñanza-aprendizaje y, además, para evitar que se reproduzcan modelos de coacción  anteriores. Para poder comprender la convivencia escolar deberíamos hacerlo desde una perspectiva sociológica, dotando a los participantes  de instrumentos de reflexión crítica sobre su práctica educativa, estando seguros de que la toma de conciencia puede ser el factor de cambio en las estructuras de reproducción de las relaciones de dominación social (la escuela).
Para que las diversas situaciones de convivencia sean enriquecedoras, necesitamos reflexionar sobre la misma. Hace ahora más de una década que la convivencia es objeto específico de nuestro quehacer pedagógico.  Y actualmente todos los centros educativos han elaborado con anterioridad el Plan de Convivencia o están reflexionando en su redacción.

¿QUÉ DEBEMOS ENTENDER POR EL CONCEPTO DE DISCIPLINA ESCOLAR?
Uno de los conceptos-eje clásicos en la enseñanza es la disciplina, que conviene revisar debido a su utilización inadecuada. Se trata de un concepto complejo y a veces equívoco. Este término suele interpretarse como parte de una instrucción académica marcada por el autoritarismo, que forzaba al alumno a adoptar una postura pasiva. Sin embargo, la disciplina es mucho más, pues hemos de tener en cuenta que la escuela ha cumplido y cumple un papel de control social muy importante al trasponer las normas sociales a su entorno reducido
Controlar el deseo y adaptarlo a la realidad conlleva control y cumplimiento de las normas (disciplina). Aprender es necesario para el individuo como persona, pero también es imprescindible la adquisición de una serie de habilidades sociales de relación. Es decir, en ambos casos el alumno ha de saber qué se debe hacer y lo que hay que hacer en el momento adecuado y no cuando él lo quiera. Es frecuente hablar de disciplina cuando existe un exceso de su aplicación, cuando los métodos utilizados vulneran los derechos esenciales de las personas o cuando brilla por su ausencia.
Por otra parte, deberíamos preguntarnos si el ejercicio de la disciplina puede ser efectivo en las aulas cuando la transgresión de las normas sociales en la calle se acaba aceptando y su incumplimiento se produce casi con total impunidad. Si en la calle, un adolescente no recibe sanción ante determinados hechos o circunstancias porque son muchos los que lo hacen, ¿podemos esperar que ese mismo niño acepte en el colegio la norma sin vulnerarla? Los docentes deben actuar inmediatamente ante el incumplimiento de  la norma, siendo el diálogo y el convencimiento el método principal. La solución no puede ser evitar el conflicto y no corregir la conducta inadecuada, consintiendo que la indisciplina y la desobediencia se apodere del grupo clase, del colegio y de la educación.  Un educador debe ser un profesional de la educación, capaz de cumplir y colaborar en el desarrollo de un Proyecto Educativo (PEC) que debe definir a cada Centro y que se ha ofertado a los padres lo eligen.
El Real Decreto de 1995 de derechos y deberes de los alumnos ha sido durante muchos años la referencia del sistema educativo, pero prácticamente no hacía referencia a la disciplina salvo en lo referente a las sanciones y hacía escasas referencias a los métodos y procedimientos para conseguirla. En este documento no se fomenta el aspecto positivo del ejercicio de la disciplina como un acto educativo importantísimo para la pedagogía moderna. Las conductas agresivas o irrespetuosas se producen lamentablemente por una evidente falta de disciplina. La disciplina debe ser el eje sobre el que debiera girar el aprendizaje sistemático y programado de la convivencia.